miércoles, 23 de enero de 2013




Amenaza de muerte contra periodistas de Canal 12

Por Iván C Montecinos

Con mucha preocupación observamos  en los diferentes  noticieros televisivos,  imágenes de como este 22 de enero, un individuo no identificado, desde un automóvil apuntó con un arma corta al equipo de Noticiero Hechos, del Canal 12, que se conducía en otro vehículo  gracias al valor del camarógrafo se filmó al personaje agresor y pudo identificarse las placas de su carro.

Este incidente ocurrió luego que el equipo de televisión de Canal 12 saliera de cubrir una audiencia judicial, en un juzgado de Santa Tecla, contra tres sujetos acusados de originar disturbios con disparos en una zona de Antiguo Cuscatlán. Momentos antes de ser amenazados con la pistola, los periodistas del canal fueron advertidos por el agresor, de que “sí publicaban más sobre este caso, pagaran las consecuencias”.

Esta seria amenaza contra la vida de periodistas ha preocupado e indignado a periodistas de los diferentes medios de comunicación del país, así como a gran parte de la sociedad civil, que tiene acceso a las diferentes redes sociales, donde han expresado sus opiniones demandando la pronta acción de las autoridades para que investiguen y apliquen la ley al responsable del brutal atropello a la integridad de profesionales de la comunicación.

Por su parte la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), inmediatamente se pronunció y emitió el siguiente comunicado:


Asociación de Periodistas de El Salvador (APES)

COMUNICADO DE PRENSA

La Asociación de Periodistas de El Salvador, APES, lamenta y condena las amenazas con arma de fuego de las que fue víctima un equipo del Noticiero Hechos de Canal 12.

Las amenazas se dieron este martes 22 de enero en horas de la mañana, luego de la cobertura periodística que hizo un equipo del canal, a la audiencia inicial contra tres detenidos, involucrados en un tiroteo ocurrido la semana pasada en Ciudad Merliot y que concluyó con la captura de estas personas, luego de una persecución que se extendió hasta la plaza del Salvador del Mundo.

Como APES, nos solidarizamos con los colegas amenazados y, al mismo tiempo, hacemos un llamado urgente a las autoridades correspondientes para que de inmediato procedan a investigar el hecho y sancionen a los responsables.

Exhortamos a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y otras entidades nacionales que velan por el respeto a la libertad de expresión para que manifiesten su condena ante este hecho. Asimismo, la APES denunciará esta amenaza ante organismos internacionales de protección a periodistas y a mecanismos de observación de la libertad de prensa en Naciones Unidas y la Relatoría especial de Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA). 

Además, instamos a los directores de los medios de comunicación del país para que se implementen mecanismos de protección para el trabajo de los periodistas, y en coordinación con las autoridades respectivas se pueda proteger a colegas amenazados o en situaciones de riesgo a causa de su labor informativa. 

Estas amenazas se convierten en una oportunidad para fortalecer la libertad de prensa en el país si de manera solidaria y efectiva la sociedad salvadoreña rechaza las acciones de aquellos que pretenden negar el derecho de la ciudadanía a estar bien informada.

San Salvador, enero 22 de 2013.

El que periodistas de un medio de comunicación sean amenazados en un país donde impera la violencia y la intolerancia es de mucha preocupación y no se debe de permitir bajo ninguna circunstancia, en primer lugar se deben condenar estos hechos y es importante exigir a las autoridades correspondientes que actúen de manera inmediata, especialmente en este caso, ya que hay una identificación visual de persona y vehículo.

Los diferentes medios de comunicación deben  desarrollar mecanismos de protección para sus periodistas que trabajan  al cubrir informaciones relacionadas con la delincuencia de todo tipo y otras coberturas que demandan riegos de diferente naturaleza. También es muy importante que este tipo de acciones no lleven a periodistas y medios de comunicación a auto-censurarse  debe de prevalecer la libertad de expresión por un pueblo que tiene el derecho a ser informado.     
      

jueves, 10 de enero de 2013




 Recordando en la historia “La Ofensiva Final”

Por: Iván C Montecinos

En la historia de los pueblos hay fechas y hechos especiales que no pueden ni deben pasar desapercibidas, este es el caso de El Salvador con  la primera ofensiva militar  guerrillera, lanzada el 10 de enero de 1981, en esta  trascendental fecha  se  marca el inicio de una cruenta guerra civil, que al inició se creyó duraría unos pocos meses, sin embargo duró más de una década, la cual dejó miles de muertos, entre soldados, guerrilleros y población civil.
De aquella terrible experiencia de la guerra, hace 32 años, cada cual de los salvadoreños la vivió de diferentes maneras, unos desde el punto de vista militar ya fuera guerrillero o soldado del ejército, los más, la población civil que fue la principal victima que sufrió los embates de los recios enfrentamientos donde muchos murieron producto de los cruentos combates y miles abandonaron sus lugares de origen para resguardarse del peligro en otras ciudades o países., donde tomaron el estatus de “refugiados o desplazados”.
En mi caso particular viví este fragmento de la historia cuando aún era  un joven  incipiente e inexperto fotoperiodista, trabajando para la agencia de noticias norteamericana United Press International (UPI).
A continuación una parte del relato sobre este hecho, tomado del libro “Arriesgar la vida para fotografiar la muerte”.


                                                 La ofensiva Final


    Con la llegada de 1981, aumentaron los rumores sobre el lanzamiento de una ofensiva guerrillera, la cual se preparaba para una indeterminada fecha próxima, esta acción se esperaba  fuera  de gran envergadura militar; pero nadie en círculos  periodísticos  estaba informado de cómo, cuándo y dónde se podría producir una operación insurgente de naturaleza semejante a la realizada por el Frente Sandinista en Nicaragua el año de 1979, que determinó el triunfo de la revolución y como resultado lograron la caída del Dictador Anastasio Somoza.
   Al inicio de la primera semana de enero, el jefe de la Agencia de noticias United Press International (UPI), Demetrio Olaciregi, nos planteó a los inseparables Juanes, John Hoagland, Ian Mates e Iván Montecinos la urgente necesidad de viajar al  Cerro de Guazapa, para hacer un trabajo especial con la guerrilla, no se nos dieron mayores detalles y presumimos  se trataba de cubrir alguna conferencia de prensa que ofrecerían comandantes guerrilleros con relación a la próxima ofensiva.
   Como siempre, planificamos   todo lo concerniente a aquel viaje, hora de salida,  punto de entrada, los contactos, la cantidad de material y equipo, en fin,  todos los detalles necesarios para ir  a trabajar en una zona  de alto riesgo.
   Determinamos salir para el Cerro de Guazapa, el viernes nueve de enero de 1981; pero dos días antes del viaje, recibí una preocupante llamada de mi familia, donde con urgencia  requerían  mi presencia, ya que uno de mis pequeños hijos estaba gravemente enfermo, esta imprevista situación alteraba los planes de nuestro viaje,  les comuniqué a  los compañeros el problema  que  me dificultaba acompañarlos.
   Ante esta inesperada circunstancia comenzamos la discusión para  buscar un fotógrafo  sustituto de confianza, capaz de realizar un buen trabajo. Después de deliberar  determinamos que la persona indicada  era ni más ni menos que  la renombrada fotoperiodista norteamericana Susan Meicelas, quien se encontraba en el país atraída por las noticias de la ofensiva.
   A Susan la conocí  por medio de Hoagland, con quien le unía una fuerte amistad, pues  trabajaron juntos durante la guerra de Nicaragua. La sugerencia sobre esta fotógrafa   fue de inmediato aceptada. La contactamos y ella recibió  la propuesta  con  gran alegría. Como fotoperiodista de experiencia  valoró  la importancia del trabajo fotográfico a realizar en un bastión de las fuerzas guerrilleras.
   Susan es una experimentada fotógrafa, muy profesional con un destacado trabajo en la cobertura de la guerra  de Nicaragua, además, es una persona de muy buen carácter y  solidaria con los compañeros. El problema de mi ausencia al  viaje del Cerro de Guazapa quedaba resuelto y con intranquilidad por lo de mi hijo salí para el pueblo, mientras los colegas ultimaban detalles para el delicado y confidencial  trabajo en aquella zona conflictiva.
  El sábado 10 de enero de 1981, me encontraba en Ilobasco, cuando avanzada la noche desperté sobresaltado por un fuerte tiroteo que se escuchaba por toda la ciudad, la guerrilla estaba atacando las pequeñas guarniciones militares de la Policía Nacional, Guardia Nacional y la Defensa Civil, lo nutrido del tiroteo  me hizo presagiar algo más grave. En ese momento me comuniqué vía teléfono con un colega periodista, quien me confirmó  que  la anunciada ofensiva guerrillera había comenzado esa noche, inmediatamente  relacioné esta situación con el  trabajo periodístico en  el Cerro Guazapa.
    Con las primeras luces del amanecer y luego de una tensa calma después del tiroteo, salí volado para la capital, sorteando barricadas de piedras y restos de árboles  colocados por los guerrilleros en diferentes puntos del camino, las que pasaba con mucho cuidado con el temor de que explotara  una mina. Sin lugar a equivocaciones, yo era el primer atrevido en  transitar por la carretera.
   Durante el trayecto a San Salvador, me acompañaban la ansiedad y la incertidumbre, en todo el camino  pensaba con mucha preocupación,  la forma en que los periodistas y especialmente los fotógrafos cubriríamos las acciones bélicas de la ofensiva guerrillera, de la cual no tenía ni la menor  idea de cómo se iba a desarrollar.
   Mientras tanto no perdí tiempo, en el camino hice fotos de los primeros hechos que a mi criterio eran importantes, como las barricadas en la carretera, los cadáveres de unos guerrilleros en San Martín, el sabotaje  al tren en la entrada a Ciudad Credisa provocado por los insurgentes, el cual impedía la entrada y salida de la colonia, y otros acontecimientos que llamaban la atención de mi inexperta capacidad foto periodística. Según yo, esperaba tener el suficiente material fotográfico para trasmitir, mientras Hoagland regresaba de la delicada misión encomendada en el cero de Guazapa,  para que se hiciera cargo de la situación.
    Al llegar a la oficina de UPI me llevé  tremenda  sorpresa al encontrar a los compañeros  que  deberían estar en la zona del cerro de Guazapa. Ahí estaba Ian Mates con un semblante triste y decaído con pocos deseos de hablar, quien  me dijo: “luego te explico lo ocurrido con el viaje”.
   Por su parte  Hoagland  también estaba bastante confundido y muy desanimado, tampoco quiso hablar sobre el frustrado viaje, en cambio  me pidió encontrarnos  en el laboratorio fotográfico ya que tenía que comunicarme algo extremadamente importante.  Me reuní con Hoagland, quien con una actitud muy seria y parsimoniosa, hablando en voz baja me  explicó algo que me dejó muy sorprendido: “Te diré algo muy serio y espero  lo comprendas, pero desde este momento me retiro de la Agencia, ya firmé un contrato para trabajar con  la revista Newsweek  y de ahora en adelante  tú quedas a cargo de la fotografía de UPI”. Aquellas palabras de John me dejaron con la boca abierta,   cómo podía ser  posible dejar la Agencia en un momento tan delicado en el inicio de la ofensiva guerrillera.
   En una primera reacción ante semejante proposición,  le expresé al compañero mi desacuerdo con esa desatinada  decisión y trate de explicarle  sobre mi falta de experiencia  para hacerme responsable de la fotografía de UPI en un momento tan trascendental.
   Hoagland trataba de animarme diciéndome: “Tú ya estás capacitado, eres un buen fotógrafo y la experiencia la tomarás en el camino”. Pero eso no era todo, la oficina regional en México  no estaba enterada para nada de aquellos planes del fotógrafo norteamericano, ni él pensaba comunicárselos.
   Muy nervioso por los acontecimientos bélicos de la ofensiva y por esta nueva situación en donde de improviso  me convertía en el titular de fotos de la Agencia UPI. Comencé a transmitir fotografías de aquella trascendental acción bélica, ante el asombro de los jefes en  México, para quienes yo era un total desconocido. Parece mentira, pero en aquel momento, no me alegré por aquella nueva situación que de porrazo me daba un nuevo e importante estatus como fotógrafo de guerra, al contrario me sentí abrumado por la tremenda responsabilidad que estaba heredando, mi cabeza era un torbellino de ideas desordenadas.
   Como era de suponer, Lou García, el gran jefe de fotos en México, se desconcertó por la actitud tomada por John al dejar la Agencia, pero no había marcha atrás.  Lou comenzó la difícil tarea de apoyar y asesorar, vía teléfono,  a un fotógrafo desconocido e  inexperto, que con coraje aceptaba el reto de una cobertura periodística en un momento tan delicado del país.
   Las primeras fotos transmitidas fueron las tomadas cuando venía de Ilobasco, luego después  asistí a las conferencias de prensa del Presidente de la Junta  de Gobierno, José Napoleón Duarte y los altos jefes militares de aquel momento, el Coronel Abdul Gutiérrez y el General Guillermo García, Ministro de Defensa, quienes  anunciaron con preocupación la gravedad de aquella ofensiva guerrillera.
   Durante los primeros días de acciones militares, para mí  fue difícil hacer fotos de los enfrentamientos,  en primer lugar, no era claro  lo que estaba pasando, en la capital no se daban batallas directas entre guerrilla y ejército. Los cruentos combates estaban afuera, en ciudades como: Santa Ana, Suchitoto y Gotera,  como yo me encontraba trabajando solo, se me dificultaba viajar a los lugares conflictivos; sin embargo fui a San Lorenzo, departamento de San Vicente, donde por primera vez encontré un grupo de inexpertos guerrilleros que se tomaron la población abandonada por los militares y la mayoría de sus habitantes, aquí tome fotografías de combatientes decididos a defender sus posiciones de aquel  pequeño y desolado poblado.
   A pesar de mi   inexperiencia, pase relativamente bien, aquella primera prueba de trabajar para una agencia internacional, la que tomé con mucha seriedad y responsabilidad. Esta cobertura de los primeros días de la llamada “Ofensiva Final”,  fue la  carta de presentación para entrar a trabajar de lleno, como fotógrafo de la prestigiosa Agencia de Noticias Norteamericana, United Press International (UPI).

jueves, 29 de noviembre de 2012

Los ex presos políticos de El Salvador se organizan


Por Iván C Montecinos




                                            Prisioneros políticos en huelga de hambre en el
                                            Centro Penal de Santa Tecla.  Septiembre de 1980 
                                             Foto: Iván C Montecinos

Más de treinta y dos largos años han pasado desde que en septiembre de 1980, los prisioneros políticos que se encontraban recluidos en el Centro Penal de Santa Tecla, realizaran una huelga de hambre tomándose un pasillo de la cárcel para protestar por la violación a los derechos humanos de los detenidos y los familiares que los visitaban. Es en esta época en que se organiza  el Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES).

El pasado sábado 24 de noviembre,  nuevamente muchos de las ex presas y ex presos políticos acompañados de familiares y amigos  se reencontraron en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), para legalizar una asociación que entre sus objetivos tiene: La obligación moral y humana de contar la verdad de aquellos años de violencia ejercida por el Estado, así como de buscar  que se haga justicia en cada caso de delito contra la humanidad, además de pedir que el Estado y la sociedad repare el daño sufrido por las victimas.

El caso de los presos políticos de El Salvador no fue un tema prioritario a tomar en cuenta  con  la firma de los Acuerdos de Paz, es hasta hace cuatro años que por iniciativa propia un grupo de ex presos políticos comenzó a reunirse para trabajar en la recuperación de la memoria histórica y fue así como junto a la Alcaldía de Santa Tecla desarrollaron el proyecto de convertir el que fuera Centro Penal  de esa ciudad,  en lo que hoy es el Museo Tecleño (MUTE), que esta  al servicio del arte y la cultura. Este ex presidio es un símbolo de la represión ya que  fue uno de los primeros en recluir a los que se consideraban prisioneros políticos.

Hablar de los ex presos políticos de El Salvador, es recordar un pasado oprobioso, donde el régimen militar de aquella época cometió las peores violación de los derechos humanos, ya que toda persona, activista o miembro de organizaciones populares eran señalados de “subversivos”  y los que no fueron  asesinados o desaparecidos, el sistema imperante  los capturaba y los sometía a las peores torturas, enviando a los hombres  en un primer momento a la prisión de Santa Tecla, luego al Centro Penal de Mariona, mal llamado de La Esperanza   y las prisioneras políticas eran remitidas a la cárcel de mujeres en Ilopango; también habían prisioneros políticos recluidos en otras cárceles  del interior del país.

                                          Prisioneras Politicas en Carcel de Mujeres, Ilopango.
                                          Junio de 1985. Foto: Iván C Montecinos
                                         
Muy fresco esta en mi memoria cuando en septiembre de 1980, los presos políticos recluidos en el penal de Santa Tecla iniciaron una huelga de hambre para demandar justicia, el respeto a sus derechos humanos y su pronta liberación. En esa época  junto a otro colega periodista  tuvimos la osadía de burlar la vigilancia del penal y logramos entrar con grabadora y cámara fotográfica  para registrar aquella  actividad que era ignorada por la mayoría de la prensa salvadoreña.

De la cobertura periodística realizada en el centro penal de Santa Tecla, se recogieron  testimonios de algunos prisioneros políticos  con nombre, apellido y organización a la que pertenecían, entre ellos se puede mencionar los siguientes: Antonio Morales Carbonell (BPR), Roger Blandido Nerio (LP-28), Rene Aparicio Palacios (LP-28), Juan Martínez Pérez (sindicato Industria del Transporte), Ovidio Jacinto Mártir (BPR). En total era un aproximado de 29 presos políticos que se declararon en huelga de hambre, demandando mejores condiciones. De esta actividad en el penal de Santa Tecla surgió el Comité de Presos Políticos de El Salvador (COPPES), que luego se convirtió en una trinchera importante  para el proceso revolucionario salvadoreño.

Ahora 32 años después de aquella fecha histórica que se conformó el COPPES en la penitenciaría de Santa Tecla, surge una nueva y esperanzadora   expresión de  lucha, en la Asociación “Comité de ex presas y  presos políticos de El Salvador -COPPES-   para reinvidicar la historia y demandar justicia y reparación de las victimas que sufrieron torturas y encarcelamiento durante la guerra civil salvadoreña. Bien dice su slogan ¡Ante el olvido y la impunidad, caminamos con dignidad!  



 

      

jueves, 15 de noviembre de 2012

VI Encuentro de Victimas del Conflicto Armado

Por: Iván C Montecinos


Una ceremonia cargada de recuerdos, nostalgia, emociones, lagrimas y dignidad, esos  fueron los sentimientos que más se expresaron  en el “VI Encuentro de Victimas del Conflicto Armado”, realizado el pasado sábado en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Este acto se desarrolló en el marco del aniversario de la Radio YSUCA y del Instituto para los Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA).

Al inicio de la ceremonia desfiló por el estrado principal un grupo de familiares de victimas del conflicto armado, portando  como ofrenda una flor roja o blanca y una vela encendida en recuerdo de los que murieron, a la vez que pronunciaban en voz alta el nombre de su familiar fallecido o desaparecido. Se mencionaron los nombres de los  miembros del Frente Democrático Revolucionario (FDR), quienes fueron secuestrados y brutalmente asesinados por escuadrones de la Muerte el 27 de noviembre de 1980. También fueron recordados los nombres de los sacerdotes jesuitas, así como el de Elba y Celina Ramos, asesinados por soldados del ejército, el 16 de noviembre de 1989.

Por su parte el Rector de la UCA, Padre Andreu Oliva, en su exposición resaltó la importancia que tienen los Comités de Victimas, ya que dijo: “Son una luz  y esperanza para encontrar la verdad y la justicia”. El Padre Oliva confirmó y reconfirmó el compromiso de la UCA  de trabajar por la justicia ya que sin ella no se puede construir una mejor sociedad y se debe luchar por la plena vigencia de los derechos humanos en el país.

Como parte del programa algunas personas ofrecieron su testimonio de lo acontecido a sus familiares que fueron victimas de violaciones a sus derechos humanos por parte del gobierno y el estamento militar de aquella época del conflicto armado. Uno de esos testimonios conmovedores fue el de la señora Erlinda  Franco, viuda de Manuel Franco, miembro del Partido Comunista y del Frente Democrático Revolucionario (FDR), quien murió junto a otros dirigentes políticos miembros de esa Organización.

La señora viuda de Franco después de relatar con detalles la forma brutal y sanguinaria en que fue encontrado el cadáver de su esposo, hizo un llamamiento publico para que se pusieran de pie los dos diputados de las fracciones legislativas mayoritarias, a quienes  ella invitó para que asistieran a este acto de encuentro de familiares de victimas, su llamado no obtuvo respuesta, nadie se paró, y enseguida reflexionó:  “ los familiares de las victimas nos encontramos solos”,  luego con un  fuerte tono criticó a los políticos diciendo: “recuerden quienes viven hoy con grandes prebendas como funcionarios públicos, han llegado a esto a costa del sacrificio de las victimas del conflicto armado”.

La historia de algunos sacerdotes  asesinados durante el pasado conflicto fue recordada con la presentación musical de Guillermo Cuellar, un miembro del recordado grupo musical Yolacamba Ita, quien acompañado de su guitarra, con gran sentimiento evocó los recuerdos de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y los sacerdotes Alfonso Navarro, Rafael Ernesto Barrera, Octavio Ortiz, Rafael Palacios y Alirio Napoleón Macias.

Al emotivo acto del VI Encuentro de Victimas del Conflicto Armado, asistió gran cantidad de familiares que perdieron sus hijos, esposos, hermanos, también se encontraban personas que sufrieron en carne propia la tortura y el encarcelamiento como presos políticos. Muy notoria fue la presencia de numerosos adultos mayores sobrevivientes de la guerra, quienes fueron acompañados por jóvenes sedientos de conocer la realidad de la reciente memoria histórica salvadoreña, que muchos  se empeñan en olvidar.

martes, 30 de octubre de 2012

31 de Octubre de 1989: Demoledor atentado  contra FENASTRAS


Por: Iván C Montecinos


                                           Sede de FENASTRAS destruida por atentado dina-
                                           mitero el 31 de Octubre de 1989.
                                          
A pesar de la vorágine de violencia que experimentaba el país, el diálogo entre el Gobierno y el FDR-FMLN se reanudó en México, el 13 de septiembre de 1989, sin lograr mayores acuerdos. Luego, continuó una segunda ronda de negociación en San José, Costa Rica; a mediados de octubre. En esta reunión, la novedad fue la asistencia como observador de las Naciones Unidas, el enviado especial Álvaro de Soto. Aquí, por primera vez, se acordó discutir un cese de hostilidades en un próximo encuentro, programado para noviembre en Caracas, Venezuela. Por fin, llegaban  buenas noticias para el pueblo salvadoreño que vería algo de luz, en la oscuridad de la guerra; pero en este país las cosas no estaban escritas en piedra, después de la reunión en Costa Rica, donde se dieron informaciones muy alentadoras,  ocurrió un lamentable hecho que  tiró por el suelo toda iniciativa de seguir con las conversaciones de paz.

El 31 de octubre de 1989, en plena luz del día, un criminal y demoledor atentado dinamitero sacudió  los cimientos de la  nueva  sede del sindicato de FENASTRAS(Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños),  en el momento en que ahí se encontraba una gran cantidad de sindicalistas. Este brutal atentado dejó como resultado,  una decena de muertos y más de 40 heridos. La fuerte explosión se escuchó por toda la capital, como a eso de las 11 de la mañana; los periodistas, inmediatamente, corrimos hacia aquel lugar, donde nos  encontramos con aquellas repetidas escenas de destrucción y muerte, el local del sindicato de los trabajadores prácticamente quedó demolido y entre sus escombros se encontraba muerta la reconocida líder obrera Febe Elizabeth Velásquez.

Aquel atentado fue el inicio de grandes manifestaciones populares llenas de violencia y destrucción. Estas acciones comenzaron durante el entierro masivo de los sindicalistas,  que se convirtió en una marcha de protesta con miles de participantes que recorrieron el trayecto hacia el Cementerio General, quienes a su paso destruían vehículos del transporte colectivo y cuanto carro nacional encontraban.  Estos disturbios paralizaron la capital, los negocios por temor a los graves hechos cerraron las puertas y bajaron las cortinas.

Durante el trayecto del funeral, los manifestantes gritaban fuerte consignas contra el Gobierno, quemaban vehículos y pintaban leyendas en las paredes.

 Mientras se desarrollaban los funerales, algunos líderes sindicales hablaban con los corresponsales extranjeros a quienes se les comenzó a informar, que dentro de poco tiempo  ocurriría algo grave en la capital, no daban detalles, ni fechas específicas; pero se  aseguraba que algo de gran magnitud se acercaba.

Al finalizar el entierro masivo,  los sindicalistas se tomaron y cerraron la calle frente al demolido edificio de FENASTRAS, al costado oriente del Mercado

Cuartel, donde levantaron barricadas en un abierto desafió al ejército y los cuerpos de seguridad, así se mantuvieron durante varios días, vigilados de cerca por los cuerpos represivos, sin mayores consecuencias.

Después del atentado a FENASTRAS, el ambiente en la capital se volvió más tenso y comenzó a correr el fuerte rumor de que la guerrilla se estaba preparando para lanzar  una potente ofensiva a escala nacional; pero esta vez,  abarcaría la ciudad capital y poblaciones cercanas como Soyapango, Mejicanos, Cuscatancingo, Zacamil, en fin todos los barrios populares de San Salvador y sus alrededores.

La expectativa era grande,  al país comenzaron a llegar gran cantidad de corresponsales extranjeros, atraídos por los fuertes rumores de una gran ofensiva guerrillera. Todos los periodistas estábamos conscientes de la gravedad de los hechos que se aproximaban y como siempre nos preparábamos material y mentalmente para trabajar en los futuros acontecimientos.

Nota: Material tomado del libro “Arriesgar la vida para... fotografiar la muerte” de Iván C Montecinos, editado por Editorial Liz.

viernes, 26 de octubre de 2012

Aquí un buen ejemplo para nuestros políticos

Por: Iván C Montecinos


Hace unos días se conoció la información por la BBC, de Londres que un influyente político británico renunció a su cargó luego de un escándalo, al ser acusado  de haber  ultrajado de palabra a un oficial de la policía. El político en mención se trata ni más ni menos que del Jefe de Bancada del Partido Conservador en la Cámara de lo Comunes Británica, Andrew Mitchell.

Un hecho de esta naturaleza solo es posible  en una democracia muy desarrollada donde existe un enorme respeto por las leyes establecidas, contrario a lo que ocurre en nuestra débil e incipiente proceso democrático, para muestra un botón,  recordemos lo ocurrido hace más de diez años, cuando un “honorable” diputado de nuestro parlamento en estado completamente borracho agarró a balazos a una patrulla de la Policía Nacional Civil, hiriendo de gravedad a una señora miembro del cuerpo policial.

Lo insólito del caso salvadoreño es que a ese diputado que fue capturado in fraganti, ni tan siquiera se le siguió un proceso de antejuicio para que respondiera ante la justicia por el delito cometido, simplemente le entregó a la victima  una determinada suma de dinero y el incidente quedó en el olvido y el diputado sigue disfrutando de las mieles del poder.

El caso de políticos indecentes viene a la palestra, en momentos en que los diferentes  medios de comunicación diariamente están informando sobre una supuesta millonaria compra de diputados para que voten por  un determinado personaje para   Fiscal General de la República. El debate mediático esta centrado en que unos diputados de un partido político denuncian públicamente el bochornoso hecho en medios de comunicación; pero no se atreven  a presentar la denuncia con pruebas ante la Fiscalía General de la República. Por otra parte,   los políticos señalados de comprar voluntades  desmienten tajantemente las acusaciones; pero tampoco tienen el valor  de presentar  ante las autoridades correspondientes las denuncias que ellos catalogan de difamatorias.

Al parecer todo apunta a que estos hechos están enmarcados dentro de una anticipada campaña electoral que esta comenzando a calentar y que por los vientos que soplan tendrá la misma característica de elecciones anteriores, es decir, lo que se conoce como “campaña sucia”.

Lo reprochable de estos políticos señalados, es el mal precedente que dejan ante una población que constantemente es afectada por hechos delincuenciales   como las extorsiones, y es el caso que las autoridades de seguridad publica repetidamente hacen llamamientos para que las personas ofendidas presenten las denuncias ante los cuerpos de seguridad para proceder a las investigaciones, muchos ciudadanos con justificada razón, por temor, evitan acudir a las autoridades y los que se atreven a poner una denuncia  viven con  la incertidumbre por lo que les pueda suceder a ellos o  a sus familiares.

Al final, es importante reflexionar sobre la actitud de algunos políticos que por hoy están envueltos en una vorágine de acusaciones. Bueno, sí un diputado que goza de fuero constitucional,  es una figura publica que  tiene el enorme privilegio de que le asignen protección policial y aún con todas estas condicionantes argumentan que por temor a la seguridad de ellos y de sus familiares no presentan una denuncia judicial por el delito de extorsión con relación a la  compra de votos, que podemos esperar de  un ciudadano común y corriente que no tiene ningún amparo  para interponer una denuncia ante la justicia  por un determinado delito.

  












                

jueves, 13 de septiembre de 2012

Una juventud sin esperanzas de un empleo digno

Por Iván C Montecinos


La falta de oportunidades para conseguir un empleo digno, es uno de los mayores problemas que enfrenta la juventud salvadoreña, especialmente aquellos  que terminaron un bachillerato, un técnico o una carrera universitaria. Precisamente este drama de no encontrar una ocupación llevó a Nilson Josías Hernández, 20 años, a tomar el riego de ir a buscar el mal llamado “sueño americano” y en este intento desgraciadamente encontró la muerte al atravesar un desierto en Texas.

El joven Nilson Hernández originario del caserío San Antonio, Cantón Llano El Ángel, del municipio de Ciudad Barrios, según lo informó un matutino; tras más de dos años de haber salido de bachiller, buscó un trabajo que le permitiera sobrevivir y seguir estudiando; pero esa oportunidad nunca llegó, a pesar de haber introducido cantidad de solicitudes  en diferentes empresas.

En su desesperación Nilsòn,  el 7 de julio de este año salió por tierra para los Estados Unidos, manteniendo informado vía teléfono a sus  padres desde los lugares por los  que transitaba. De momento se interrumpió la comunicación y el pasado 17 de agosto los familiares recibieron la dolorosa noticia de que Nilsón  había fallecido durante la travesía del desierto de Macali, Texas. Por ahora los padres esperan angustiosos la repatriación del cuerpo de su hijo y por carecer de recursos económicos, ya que ese tramite cuesta unos 12000 dólares, se están haciendo  gestiones particulares e institucionales para obtener los recursos requeridos y poder darle una cristiana sepultura en su tierra natal.

El dramático caso de este  salvadoreño fallecido en el desierto,  es  a lo  que se exponen   miles de hombres y mujeres jóvenes, quienes ante la falta de oportunidades en el país buscan desesperadamente la manera de hacer el viaje para el Norte, muchas veces alentados por parientes que con mejor suerte llegaron a la “tierra prometida”, donde aún con grandes dificultades logran ubicarse en un trabajo que les permite ayudar a sus familias enviando las tan necesarias “remesas” que se han convertido en un pilar   de la débil economía salvadoreña.

En El Salvador, es una  triste realidad la  que enfrentan miles de jóvenes, ante la falta de empleos, quienes deambulan desesperados  introduciendo solicitudes en diferentes empresas que en la mayoría de los casos ni tan siquiera son evaluadas, ni tomadas en cuenta.

Lo mismo sucede en las instituciones públicas donde diariamente ingresan centenares de solicitudes de empleos y si estas no van a acompañadas por la recomendación de un importante funcionario gubernamental, bien sea ministro,  diputado o alcalde,  no se le presta la  atención debida  y es lanzada al cesto de la basura. En cambio aquellas que son etiquetadas con sendas recomendaciones de   familiares, amigos de funcionarios o políticos  influyentes, albergan la esperanza de obtener un empleo, aunque sea de gerentes u otro puesto importante con jugoso salario.

Toda esta difícil  situación de los jóvenes  a falta de un empleo digno,  ha llegado a crear lo que ya en España se conoce con el nombre de la “generación de los “nini”, refiriéndose con este termino   a los miles de jóvenes que “ni trabajan, ni estudian”.  En aquel país europeo, al menos  existen datos estadísticos y se conoce el porcentaje de jóvenes  “nini”. Aquí en El Salvador, es un  tema del que poco se habla y se carecen de información fehaciente de la cantidad de jóvenes que no trabajan, mucho menos los que caen en la categoría de “nini”.      

Muy importante y urgente es  que por parte del gobierno y la empresa privada se elaboren  verdaderos planes para abrir fuentes de empleos para los jóvenes, se eliminen tantos trámites burocráticos para aquellos que no tienen experiencia,  que se crean grandes centros de capacitación laboral. En algunos países de Sudamérica por ley se le pide a las empresas la contratación de determinada cantidad de jóvenes. 

Solamente con la aplicación de programas que permitan la creación  de empleos dignos, se evitaran las dolorosas experiencias como lo sucedido a Nilson Josías Hernández, un joven salvadoreño que  por buscar un mejor futuro encontró la muerte en un lejano desierto.