A tres años de aquella “Primavera Salvadoreña”.
Por: Iván C Montecinos
Cómo pasa el tiempo de rápido, es una expresión que a menudo se escucha y con justa razón, este primero de junio se cumplen tres años de que este gobierno tomara posesión, en medio de grandes expectativas, sueños y esperanzas que para algunos se han cumplido, otros están desilusionados y frustrados, ya que la situación del país, por diversas circunstancias, no ha cambiado como lo esperaban.
En aquel primero de junio de 2009, El Salvador vivía una soñada Primavera y no era para menos, por fin se había logrado lo que la mayoría de la población añoraba, es decir, una alternancia en el gobierno con un partido de izquierda, lo que permitía avanzar en el proceso democrático del país, algo de gran significado imposible de lograr durante más de diez años de lucha fraticida y por lo que murieron miles de compatriotas. Ahora un partido de izquierda, por primera vez, llegaba al poder por la vía electoral.
Aquella singular mañana, a la toma de posesión del Presidente de la República, Mauricio Funes, llegaron miles de personas de todos los estamentos políticos, los de izquierda asistían con gran regocijo, mientras los de la derecha llegaban con sus caras descompuestas y temerosos por lo que les depararía el futuro con un gobernante izquierdista. El mayor regocijo lo vivieron miles de salvadoreños que se congregaron por la tarde, luciendo sus camisas rojas en el Estadio Cuscatlán, a la espera de ver y escuchar al nuevo Mandatario.
El acto de toma de posesión presidencial se desarrolló con ciertas incertidumbres por lo que iba a expresar el nuevo Mandatario en su discurso y por la esperada llegada de un invitado especial como lo era el Presidente de Venezuela, el Comandante, Hugo Chávez, quien al final no asistió y según se informó, se debió al peligro de sufrir un atentado.
El extenso discurso de la juramentación del Presidente Mauricio Funes, fue un tanto conciliador y lleno de promesas, comenzó con estas palabras: “Asumo la presidencia ampliando el llamado de unión nacional que hice antes, durante y después de la campaña”. Luego en su discurso expresó algo muy importante que vale la pena recordar: “Es por no tener miedo de esta responsabilidad, y por no temer este desafío, que proclamo en voz alta para mí mismo, para mis compañeros, y para toda la nación: nosotros no tenemos el derecho de equivocarnos. Repito: nosotros, definitivamente, no tenemos el derecho de equivocarnos”.
En cuanto a la situación económica en que asumía la Presidencia, el Mandatario lo expuso de la manera siguiente: “Vamos a gobernar en medio de una crisis socioeconómica profunda, una de las más difíciles de nuestra historia”. Luego agregó: “En este entendimiento es que estamos lanzando El Plan Global Anticrisis, un primer conjunto de medidas de este nuevo Gobierno para garantizar La estabilidad de la economía y minorar los problemas sociales”.
El Presidente Funes en otra parte del discurso mencionó uno de los objetivos del citado Plan Anticrisis: “En el área de empleo y apoyo a la producción, el plan contempla la generación de 100 mil empleos directos en los próximos 18 meses, cuyo costo total asciende a cerca de 474 millones de dólares. Entre las medidas más importantes se encuentran la ejecución de un programa de empleo temporal, la realización de un programa de ampliación y mejoramiento de servicios públicos e infraestructura básica y la construcción y mejoramiento de 25 mil viviendas urbanas y 20 mil soluciones de techo y piso en comunidades rurales, en municipios en condiciones de pobreza severa”.
Con relación al área social el Mandatario, en su discurso, se refirió a los programas que beneficiarían a una gran mayoría de la población que vive en extrema pobreza y ofreció lo siguiente: “Como parte del mejoramiento del programa se ampliará la cobertura de los servicios de agua, electricidad, saneamiento básico, mejoramiento de servicios de salud y de educación a 32 municipios en condiciones de pobreza severa y a otros en situación de alta pobreza.
Además se otorgará una pensión básica a toda La población adulta mayor que reside en los 100 municipios cubiertos por la red y que hasta ahora no han recibido ningún beneficio directo del antiguo programa Red Solidaria. Como parte también de este Sistema de Protección social, me complace anunciar el programa de atención integral de salud y nutrición en 100 municipios con altos grados de desnutrición, que beneficiarán a 85,000 niños y niñas entre 0 y 3 años. Ampliaremos además el programa de alimentación escolar a centros educativos urbanos, beneficiando a 500,000 niños y niñas más que ahora no cuentan con ese beneficio.
No puedo dejar de mencionar tres medidas adicionales, destinadas a aliviar la situación económica de los desempleados y de las familias pobres. La primera es La dotación gratuita de uniformes y útiles escolares a los estudiantes de escuelas públicas para el próximo año lectivo. Esta medida beneficiará a 1,350,000 niños y jóvenes que asisten del primero al tercer ciclo”.
Tres años han pasado desde aquella Toma de Posesión de un Presidente de la República abanderado de la izquierda, que traía la buena nueva para todo un pueblo que con mucha esperanza confiaba en un nuevo gobierno. Ahora en estos días previos al tercer aniversario, los diferentes medios de comunicación han publicado sendas encuestas de opinión relacionadas con el trabajo realizado por el actual gobierno, unas, merecen mucha credibilidad, otras es notorio el sesgo político partidario de oposición. Lo mismo ocurre con las entrevistas realizadas a personajes políticos de todos los colores, quien han brindado sus apreciaciones en algunos casos mal intencionadas, enmarcadas en una campaña política de elección presidencial en 2014.
Es importante que la población juzgue con serenidad y sin pasionismos partidarios el trabajo del gobierno en estos tres años y saque sus propias conclusiones basadas en las promesas ofrecidas durante la campaña electoral y lo expresado por el Mandatario en el discurso de Toma de Posesión del primero de junio de 2009. Se debe recordar que todavía faltan dos años para la finalización de este gobierno y hay que esperar nuevos ofrecimientos por cumplir, los que sin duda, serán más cautelosos, debido a que ya no se planteará la euforia de una Primavera Salvadoreña.
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