Importancia de la solidaridad con periodistas amenazados
Por Iván C Montecinos
Cuando los periodistas de un medio de comunicación, sea cual fuere su línea editorial, son amenazados por desarrollar un trabajo profesional informativo o investigativo, es el deber de todo un gremio periodístico salir en su defensa y solidarizarse de inmediato denunciando y exigiendo la protección para los colegas de prensa que se encuentran en riesgo.
Lastimosamente, tenemos que comentar que lo acontecido en los últimos días a los periodistas del periódico digital El Faro, quienes sufrieron amenazas por su posición de informar sobre una presumible negociación entre jefes de pandillas y gobierno, estos no contaron con un amplio respaldo por parte de los periodistas en El Salvador. La mayor cantidad de medios de comunicación no respondieron con la solidaridad adecuada, especialmente aquellos que de alguna manera gozan ciertos privilegios del poder político o económico del país.
A pesar de lo anterior, es importante destacar la acción de algunos comunicadores de medios de prensa, radio, televisión y digitales que de inmediato dieron su total respaldo al periódico digital El Faro. También, se debe acentuar la posición de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), quienes convocaron una conferencia de prensa donde dieron a conocer un comunicado que expresaba su respaldo y respeto para el trabajo de los periodistas, en especial a los de El Faro. Además, la APES exhortó a la Fiscalía General de la República y la Procuraduría de los Derechos Humanos para que interpusiera sus buenos oficios en la investigación y esclarecimientos en el caso que afecta al periódico digital.
En periodismo, por lo general, se dan dos clases de amenazas: La directa que es cuando el medio o los periodistas sufren una clara amenaza en forma responsabilizada o anónima ya sea a través de mensajes escritos, llamadas telefónicas, seguimientos a periodistas y atentados. El otro tipo de amenaza es cuando se da en forma indirecta, es decir, se trata de amedrentar mencionando a los medios y los periodistas en informaciones, comunicados o advertencias de correr un peligro por determinada actuación.
En el caso de los periodistas de El Faro, las amenazas las situamos en las dos direcciones, comenzando por lo expresado por un alto funcionario del gobierno, quien en una reunión con periodistas, hace la advertencia de que al informar sobre las pandillas, les recuerda lo sucedido con el fotoperiodista y documentalista franco-español, Cristhian Poveda.
Posteriormente, los pandilleros, al emitir un comunicado mencionan a El Faro y su Director Carlos Dada, criticando la forma como este medio manejó la información relacionada con ellos y el gobierno. A esto se debe agregar la denuncia de El faro, donde se asegura que a los periodistas de ese medio les han estado vigilando, dándoles seguimientos, presuntamente miembros de la inteligencia del Estado.
Como era de esperarse, ante estas amenazas, el medio digital reaccionó de acuerdo a los protocolos de riesgos que se deben seguir cuando existe un peligro inminente, es decir, guardando las medidas de seguridad personal y denunciando públicamente su situación con instituciones que velan por la protección de los periodistas a nivel nacional e internacional. De hecho organismos defensores de los periodistas como: el Comité para Protección de los Periodistas (CPJ), con sede en New York, la Fundación Knight Center y Article 19, México de inmediato hicieron la denuncia sobre la situación de El Faro.
Vale mencionar que mientras el medio digital El faro, se encontraba en el centro de la controversia por sus informaciones, en el país se desarrollaba un congreso sobre seguridad, protección y asistencia para periodistas en situación de riesgo. En este congreso participaban periodistas de Centroamérica, México y Colombia, el cual era patrocinado por instituciones internacionales como: Free Press Unlimited, de Holanda; la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES), de Alemania; Article 19, México; la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y el Reino de los Países Bajos.
Luego que en el congreso se conoció de la difícil situación en que se encontraban los colegas de El Faro, se activaron las alarmas y de inmediato los periodistas asistentes se solidarizaron con los amenazados y le informaron a sus medios lo que acontecía en El Salvador.
Ojala que muchos de los periodistas, en el país, tomen mayor conciencia de lo que implica estar bajo riesgo por una amenaza directa o indirecta y cambien esa actitud de indiferencia alimentada por bajos sentimientos como son la envidia, el egoísmo, el revanchismo, el celo profesional y se identifiquen con la problemática de colegas en peligro, apoyándolos y demandando justicia. Hay que recordar la valedera máxima “hoy por ti, mañana por mí”… en El Salvador nunca se sabe.
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