miércoles, 7 de septiembre de 2011

La politización electoral de la violencia


Por Iván C Montecinos

Nuevamente en el país se intenta politizar la violencia con fines electorales, así lo demuestra las opiniones  de políticos de un partido de derecha,  quienes  sin una previa investigación responsable de la Fiscalía General de la República, apresuradamente emitieron opiniones sobre que  el  asesinato del candidato alcalde por ARENA, Jaime Cantón,  se debía a motivaciones políticas, este hecho ocurrió el pasado viernes 26 de agosto, en Acajutla. Además,  denunciaron que un determinado número  de sus correligionarios está sufriendo amenazas, sugiriendo que se debe a cuestiones partidarias.

Es evidente que la campaña electoral para elegir alcaldes y diputados a realizarse el próximo marzo de 2012, como siempre suele ocurrir, ya arrancó sin la previa autorización del Tribunal Supremo Electoral. Todos los partidos políticos se encuentran en abierta campaña política, aunque ellos no lo reconocen y esgrimen el trillado argumento de que no  violan la ley electoral, porque no están pidiendo el voto, ante esto la autoridad responsable calla y dejan que sigan con esas acciones que desesperan a la ciudadanía antes de tiempo. Como dice el refrán popular, hecha la ley hecha la trampa.

Pero volviendo al tema de la politización de la violencia con fines electorales, esta acción es más evidente durante los periodos de elecciones, cuántos candidatos partidarios en el pasado utilizaron como eje principal de su campaña política el “combate  la violencia”, basta recordar la campaña de Francisco Flores Pérez, que prometió acabar con este flagelo cuando asumiera el Ejecutivo. Flores  tomó el poder en 1999 y fue hasta octubre de 2003 que implementó  el  plan “Mano Dura”, el cual lanzó en un publicitado espectáculo  mediático.

El plan “Mano Dura” del Presidente Francisco Flores consistía en un proyecto de ley presentado por el Ejecutivo a la Asamblea Legislativa para hacer reformas al Código Penal y Procesal, para endurecer las penas contra ciertos delitos y facilitando el juzgamiento y encarcelamiento de los supuestos delincuentes detenidos. Esta normativa fue aprobada en octubre de 2003 por los diputados de la derecha con la oposición de la bancada de izquierda, la vigencia de esta ley “Mano Dura “ era de seis meses; pero unos días antes de su caducidad fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia.
El plan “Mano Dura”, no rindió los frutos prometidos por el Gobierno, fue un fracaso.

Luego del malogrado  Plan “Mano Dura”aparece en el escenario político el candidato presidencial, Elías Antonio Saca, quien al igual que su antecesor  vuelve a utilizar como eje principal  de su campaña electoral, el combate a la delincuencia, prometiendo terminar con “los malacates” que  para el 2004  se habían incrementado. La campaña del candidato Tony Saca, estuvo plagada de una propaganda que ofrecía realmente bajar los índices desesperantes de la delincuencia y prometía convertir a El Salvador en la nación más segura de Latinoamérica.

Elías Antonio Saca,  tomó posesión de la Primera Magistratura el primero de Junio de 2004 y  el 20 de julio lanza su “poderoso” plan denominado “ Mano Súper Dura” cuyo objetivo era reducir los homicidios y las extorsiones, con el anunció de este nuevo plan contra la delincuencia el Presidente Saca informa a la nación, que de esta manera daba cumplimiento a su promesa de campaña de convertir a El Salvador en un  “país seguro”.

El plan  “Mano Súper Dura” implementó  ciertas reformas como la formación del Consejo Consultivo de Seguridad Pública integrado por el Gobierno, empresa privada y ministerio público. También, se creo el Ministerio de Seguridad Publica y Justicia.

Por otra parte el plan “Mano Súper Dura” contemplaba una serie de penas de prisión  más severas para los pertenecientes a las denominadas maras y de mayor tiempo para los  dirigentes de las pandillas. Así mismo, se impusieron mayores penas para las personas o grupos que alteraran el orden público bloqueando calles o tomaran edificios. A esto hay que agregar que se hicieron cambios a la ley del menor infractor. Era un plan altamente represivo y de grandes expectativas.

“La Mano Súper Dura” del Presidente Saca fue objeto de serios cuestionamientos y denuncias por parte de los opositores al Gobierno y los defensores de los Derechos Humanos  quienes lo criticaban porque su aplicación denotaba el regreso  a un oprobioso pasado dictatorial. Al final este plan “Súper Mano Dura” tampoco rindió los resultados proyectados ya que al terminar  la gestión Saca, el país continuaba con altos índices delincuenciales y era uno de los serios problemas que heredaría el nuevo Gobierno de izquierda que tomó posesión  en junio de 2009.

De lo anterior se puede considerar que la violencia del país siempre fue utilizada políticamente  con un objetivo meramente electorero, este era el caballito de batalla para ganar simpatías y  votos de una ciudadanía   angustiada al ver que no disminuían  de manera significativa los índices delincuenciales.

Ojala que en esta nueva campaña electoral que ya esta en desarrollo se saque de la agenda de  los partidos políticos las promesas de combatir y reducir la delincuencia, la cual se encuentra  en niveles desproporcionados. Este es un  tema que la sociedad en su conjunto  debe abordar con mucha seriedad y responsabilidad ya no es posible que los políticos lo sigan utilizando para ganar réditos electorales. 

El tema de la violencia debe ser  parte de un proyecto de nación donde estén involucrados todos los sectores de la sociedad salvadoreña. No se puede ni se debe seguir politizando la violencia, ya no es posible continuar jugando con fuego con uno de los problemas más delicados que afronta el pueblo salvadoreño. 

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