Turismo, Delincuencia e Información.
Por Iván C Montecinos
El pasado domingo 31 de julio, uno de los periódicos nacionales publicó una información sobre el auge delincuencial en la ciudad de Ilobasco, departamento de Cabañas, esta noticia si se refiriera a un lugar de persistencia delictiva hubiera pasado desapercibida; pero en este caso produjo mayor impresión por tratarse de un reconocido destino turístico donde se procesa la mejor artesanía de barro de El Salvador.
Como es de suponer, esta información publicada al inició de un periodo vacacional, en un periódico de incidencia nacional e internacional cayó como balde de agua fría en la generalidad de artesanos y dueños de tiendas artesanales, causando una tremenda preocupación por el impacto que esta noticia tendría en las personas que están planificando visitar Ilobasco en las vacaciones agostinas. El sentir generalizado de los artesanos fue de que en estas vacaciones habrá una baja sensible de turistas a Ilobasco, generando un mayor deterioro en la maltrecha economía de los que viven de la producción y venta de artesanías.
No se trata de cuestionar la veracidad de la información del periódico, considerando que tienen fuentes de crédito con las cuales sustentan la información, muy preocupante por cierto, escriben que estructuras delincuenciales de pandillas que operaban en Soyapango y Lourdes, ante el fuerte acoso policial estos han emigrado a barrios periféricos de la ciudad de Ilobasco, donde se han incrementado los actos delincuenciales como asesinatos y extorsiones.
Más grave aún cuando El Diario de Hoy textualmente dice: “Fuentes policiales aseguran que las estructuras de pandillas han logrado infiltrase en la policía. Las fuentes detallaron que los pandilleros de la 18 y algunos agentes de la subdelegación de la Policía Nacional Civil de Ilobasco mantienen una constante comunicación, para que estos últimos los encubran cuando los delincuentes cometen los homicidios”.
Al analizar fríamente la información antes citada, se tiene la percepción de que en Ilobasco reina el caos y su población se encuentra totalmente desprotegida, ya que hay desconfianza en las autoridades encargadas de la seguridad, por estar supuestamente vinculadas a los delincuentes. Realmente con este negro panorama, es muy difícil esperar que el turismo en la ciudad de los muñecos se incremente y logre alcanzar un mejor desarrollo.
Ante esta difícil situación entre turismo y delincuencia es importante hacer una reflexión y preguntarse ¿ es posible desarrollar el turismo en poblaciones, ciudades y países con alto grado delincuencial como el que actualmente vive El Salvador? . Bueno sería que nuestras autoridades de turismo se remitieran a estudiar a países como México, Colombia, Guatemala y otros lugares de Latinoamérica quienes a pesar de sus dificultades con la delincuencia han logrado posicionar su turismo a gran escala.
Mientras tanto algo se debe hacer en el país para desarrollar el turismo, a pesar de la ola delincuencial. Es importante recapacitar que en este tema las comunidades juegan un papel preponderante en potenciar sus destinos, trabajando junto con los gobiernos locales y otras instituciones para impulsar proyectos que beneficien el turismo. Guatemala recién nos ha mostrado con su ejemplo como han promocionado intensamente por la radio y la televisión bonitos spot publicitario con el fin de motivar a los salvadoreños que visiten su país en estas vacaciones de agosto, resultado, muchos compatriotas, a pesar de todo, están saliendo para el país de la eterna primavera.
Aquí en El Salvador tenemos ejemplos de cómo algunas poblaciones trabajan arduamente para contrarrestar el fenómeno de la delincuencia y se han organizado en función de atraer el turismo, tal es el caso de los pueblos que integran la “Ruta de las Flores”, Juayua, Ataco, Nahuizalco, Apaneca y Salcoatitan. También otras poblaciones como Suchitoto, San Ignacio, La Palma y Alegría están trabajando en la misma dirección.
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