jueves, 15 de septiembre de 2011

Una   lección de coraje, humildad y esperanza



Por Iván C Montecinos


La noche del martes llegaron a nuestro país los héroes que compitieron en el mundial de fútbol playa, realizado en Rávena, Italia, su recibimiento fue apoteósico, centenares de aficionados llegaron al Aeropuerto de Comalapa, vestidos con la camisa azul y blanca para darles la mejor bienvenida a este grupo de jóvenes que pusieron alma, vida y todo corazón para conquistar un honroso cuarto lugar en una competencia de alto nivel. A su llegada los jugadores y cuerpo técnico de la selección de playa, encontraron la euforia y el cariño de una afición que agradecía con  vivas y aplausos  el triunfo alcanzado.

Mucho se ha escrito y dicho sobre estos valientes muchachos  que han puesto por todo lo alto el nombre de nuestro país, algunos dicen que lo alcanzado por estos humildes deportistas es un sueño, más yo pienso que  todo  es una hermosa realidad fabricada con base  a esfuerzo, entrega, coraje y lo más importante con mucha humildad. Ellos estaban conscientes de lo que son capaces, por algo  son los campeones de fútbol playa en el ámbito de la CONCACAF y aspiraban a volar por todo alto, como terminaron haciéndolo, lo que pasa es que la mayoría no  nos habíamos  percatado del enorme potencial de estos jugadores.

Luego de esa  gran euforia que  desató en la población salvadoreña y los residentes en el exterior, el heroico triunfo obtenido en Italia  por nuestra aguerrida  selección de fútbol playa, es importante reflexionar sobre este gran acontecimiento  que quedará   grabado en las páginas de nuestra historia, que relatarán  a las futuras generaciones este importante hecho que un mes de septiembre de 2011 hizo vibrar a todo un país.

En primer lugar vale la pena comentar que por un tiempo, los medios de comunicación salvadoreños dejaron  de lado  las noticias que son el pan nuestro de cada día, relativas a la delincuencia, la endeble economía y los subterfugios políticos.  Las portadas de los periódicos y la noticia principal de medios electrónicos fue la hazaña lograda por humildes deportistas originarios de las costas salvadoreñas.

Como también  se trata de reconocer lo bueno de los medios, hay que darle un aplauso a El Diario de Hoy,  único medio salvadoreño que desde un principio  creyó en la selección de fútbol playa y se atrevió a mandar  un periodista a Italia para que informara diariamente sobre  los pormenores de lo que  acontecía con nuestra selección, muy buen trabajo el desarrollado por el enviado especial, Cesar Najarro. Un reconocimiento para el Canal 4 y las radios   que transmitieron en vivo los diferentes partidos de la azul y blanco en la arena de Rávena, Italia.

Lo alcanzado en este  mundial de fútbol playa rebasó todas las expectativas que tenían los dirigentes deportivos y la afición, los que en un inició apuntaba a conformarse con   ganar un partido, ya que en  mundiales pasados no se había obtenido una victoria se convirtió en  algo lindo, después del primer juego que la selección perdió con Portugal por un abultado marcador,  lo que al final quedo    como un mero accidente, nuestros valientes muchachos reaccionaron de la mejor manera, logrando un triunfo contra Omán y esta fue la chispa que encendió la llama de la victoria y luego le ganaron a Argentina y después lo insólito, derrotaron nada menos que a la anfitriona del torneo, Italia, una poderosa escuadra que le apuntaba llegar a finalista del torneo. Con el gane de este partido la selección salvadoreña dio un verdadero “Ravenazo”, en alusión a aquel partido mundialista donde  la selección de Uruguay le ganó a Brasil la final de una copa mundial en el estadio Maracana en  1950 y que eso  la historia lo  recuerda como el “Maracanazo”.

Lo conseguido por estos valientes muchachos de la selección de fútbol playa mantuvo en vilo durante más de ocho días a toda una población y a los millones de residentes en el extranjero, quienes inundaron con sus comentarios las llamadas “redes sociales” y los espacios de opinión de los diversos medios de comunicación, con frases de elogios y palabras  alentadoras para unos humildes jóvenes que en cada partido pusieron coraje y amor por la camisola azul y blanca. Quizás nunca en la historia de competencias deportivas donde participaron atletas salvadoreños, se había escuchado tanto  las vibrantes notas de nuestro respetable Himno Nacional,  desde un inicio  hasta el final  del torneo.

Por otra parte es importante  destacar que el triunfo de  estos jóvenes seleccionados de fútbol playa, es un valioso ejemplo para la niñez y juventud salvadoreña que se encuentra inmersa en una aspiral de violencia que esta dejando de lado importantes valores. Los “Héroes de Rávena” con su actuación  le han enseñado a todo un pueblo  el significado de los conceptos,  sacrificio,  tenacidad,  disciplina,  perseverancia, humildad, amor a la familia y  a la tierra que los vio nacer.

Ojala, que toda esta euforia por el triunfo de la elección de playa sea duradera, para siempre, y que no se repita  lo ocurrido con otros deportistas  salvadoreños que en el pasado  dieron gloria al país y hoy poco se recuerdan  de ellos,  como es el caso de los seleccionados de fútbol   que clasificaron    para asistir a  dos  campeonatos mundiales;  Cristina López,  que en los pasados juegos Panamericanos por primera vez, para El Salvador, ganó una medalla de oro en su disciplina; los triunfos obtenidos por nuestra levantadora de pesas Eva María Dimas; las preseas logradas en tiro con arco por Jorge Jiménez y así otros nombres de  deportistas que el polvo del tiempo se ha encargado de cubrir en nuestra historia.
Salud, "Heroes Salvadoreños".

    






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