Un feliz reencuentro con la fotografía
Por: Iván C Montecinos
Me es grato escribir estas líneas con referencia al placer que he tenido, en días recientes, de volver a empuñar una cámara fotográfica y reencontrarme con esa valiosa actividad de registrar momentos muy importantes, algo que por extrañas circunstancias dejé de realizar desde hace más de una década. Difícil es tratar de explicar las razones que me llevaron a alejarme de la fotografía, después de que esto fuera parte fundamental en mi vida y me permitiera registrar gran parte de la reciente historia salvadoreña.
Como recordaran muchos de mis amigos y colegas, el fotoperiodismo es una profesión a la que me dedique con mucha pasión durante el periodo del conflicto armado salvadoreño, comenzando en el tiempo de universidad por el año de 1978, cuando me desempeñé como instructor y posteriormente profesor de fotografía y fotoperiodismo en el Departamento de Periodismo de nuestra querida Universidad de El Salvador.
Cuando comencé a tomar fotografía en 1979, para ser publicadas en el periódico Primera Plana del departamento de periodismo, nunca se me cruzó por la mente que estaba destinado a llegar a especializarme en fotoperiodismo; pero la entrega y dedicación a esta materia en momentos políticos difíciles hicieron mella en mi conciencia social y me permitieron valorar la importancia de la fotografía como documento testimonial de los graves hechos en El Salvador, debido a una brutal represión militar que dejaba una enorme secuela de personas asesinadas entre las que habían campesinos, estudiantes profesionales y trabajadores.
Frescos están en mi memoria y plasmados en miles de negativos aquellos sanguinarios hechos represivos contra las manifestaciones estudiantiles y de las organizaciones populares que recorrían las calles de San Salvador demandando el cese de la represión y mejores condiciones de vida para una población sumergida en las peores condiciones antidemocráticas y como respuesta obtenían las balas de fusil G-3, arma oficial, en aquella época, de los cuerpos policiales y militares.
Al finalizar la guerra que dejó más de 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y un gran número de lisiados, también lamentamos la muerte de 18 periodistas entre nacionales y extranjeros, con algunos de ellos mantuve una estrecha amistad y fue muy dolorosa su partida.
Con la llegada de la paz, sin que me percatara, poco a poco me fui alejando de las cámaras fotográficas, hasta llegar a un momento en que ya no hacía ni tan siquiera fotos familiares, las viejas cámaras de película resintieron el abandono y de pronto dejaron de funcionar, además se vinieron aceleradamente tiempos de grandes avances tecnológicos y surgieron las modernas cámaras fotográficas digitales que para mi eran un tabú, que no me permitió conocerlas, mucho menos manejarlas, salvo en una que otra ocasión particular.
Fue necesario que pasara más de quince años y por insistencia de uno de mis hijos, este año obtuve una cámara digital profesional y nuevamente he tenido que pasar por un proceso de aprendizaje para poder manipularla y es que estos nuevos equipos fotográficos, son tan simples que cuesta mucho su aprendizaje, especialmente cuando se requiere usarlos en el modo mecánico, que es como tradicionalmente he tomado fotografías, ya que considero que el automático, como en una ocasión lo dije en una conferencia en Alemania, es “para tontos”, comentario que permitió que un amigo de aquel país europeo en meses posteriores me mandara una novedosa cámara automática, con una nota que decía: “para que te hagas un poco tonto”.
Bueno, lo interesante es que de nuevo mi mente fotográfica se ha enchufado y para comenzar en estas pasadas vacaciones de Semana Santa, después de tratar de comprender el extenso manual de la cámara digital, 80 páginas, hice las primeras fotografías enmarcadas en el concepto de la tradición cultural de la época, también disfrute mucho hacer fotos del medio ambiente marino y muchas tomas familiares. Finalmente creo que estoy superando un viejo trauma y me siento muy bien con el nuevo reencuentro con la fotografía que ojala me permita realizar en un mediano plazo algún significativo proyecto.
Domingo de Ramos en Ataco
Semana Santa en Ilobasco