martes, 31 de julio de 2012


En el Día del Periodista Salvadoreño


Por Iván C Montecinos

Como todos los años, el 31 de julio se celebra en el país el “Día del Periodista”, ocasión que aprovecho desde el blog Visión Periodística, que este día cumple el primer año de publicación,  para saludar a todas y todos los colegas que ejercen o han ejercido esta noble  profesión con gran dedicación y responsabilidad. El periodismo es un trabajo que enaltece y enorgullece a hombres y mujeres que diariamente  informan  a una ciudadanía ávida de conocer lo que acontece diariamente en el país.

Los ciudadanos que reciben los hechos noticiosos, muchas veces, desconocen el gran esfuerzo y dedicación que los hombres y las mujeres  de prensa ponen en el arduo trabajo de recolectar y procesar las informaciones que  llega a través de los periódicos, pantallas de televisión o del Internet. En este esfuerzo por informar objetivamente, en muchas ocasiones, los y las periodistas arriesgan hasta su propia vida, tal es el caso de quienes cubren informaciones peligrosas como conflictos sociales, guerras o desastres naturales.

El ejercicio del periodismo requiere de una enorme responsabilidad ética, ya que se trata de informar y orientar a la ciudadanía con la mayor objetividad posible, lo que en muchas ocasiones es muy difícil debido a los obstáculos que enfrenta un comunicador, especialmente cuando los temas sobre los que  informa, son de naturaleza delicada, como es el caso cuando se habla  de hechos relacionados con la política, delincuencia,  crimen organizado, actos de corrupción y otros.

Es una triste, pero cruda realidad, en estos duros tiempos en que las sociedades enfrentan grandes conflictos  sociales  que derivan en crisis económica, irreversibles daños ambientales, guerras civiles  y otros males, el trabajo de los periodistas es muy importante y precisamente cuando estos realizan una labor profesional y critica al sistema, es cuando se ven en situaciones de  riesgos como:   perder el trabajo, exclusión de las fuentes informativas y en caso extremo amenazas contra la seguridad y la vida.

En nuestro país El Salvador, los periodistas regularmente sufren desmanes desde varios sectores o instituciones  intolerantes a la critica  y no ven con buenos ojos la labor que los comunicadores realizan y tratan en todo lo posible de obstaculizar su trabajo, casos recientes lo sucedido con los periodistas que cubren la fuente de la Asamblea legislativa,

En esta ocasión es oportuno recordar la grave situación que vivieron, en el mes de marzo de este año, los periodistas del el periódico digital El Faro, quienes  fueron sometidos a un acoso estatal, según lo denuncio su director, quienes además se sintieron amenazados en su seguridad, todo por informar sobre un hecho relacionado con el traslado carcelario de lideres pandilleros, lo cual molestó a funcionarios del Ministerio de  Justicia y Seguridad. Similar situación han pasado   los periodistas y personal de Radio Victoria, un importante medio comunitario del departamento de Cabañas, quienes desde hace unos años están sometidos a constantes amenazas por la importante labor de denuncia que realizan contra la explotación minera en la zona.

Por otra parte, ahora que se celebra esta fecha tan especial del Día del Periodista es muy importante recordar y homenajear en la memoria histórica del periodismo salvadoreño, a aquellos profesionales que perdieron la vida cubriendo la cruenta y sangrienta guerra civil  de la década de los ochenta. 

Desde este blog Visión Periodística  recordamos con nostalgia aquellos periodistas nacionales e internacionales  que perdieron sus vidas cubriendo las acciones del pasado conflicto armado en El Salvador, entre los que se mencionan: Jaime Suárez Quemain (El Salvador), Cesar Najarro (El Salvador),Roberto Navas (El Salvador), Eloy Guevara (El Salvador), Mauricio Pineda (El Salvador), René Tamsen (El Salvador), Ignacio Rodríguez Terraza (México), Olivier Rebbot (Francia), Jan Kuiper(Holanda), Johannes Willemson (Holanda), Koos Koster (Holanda), Hans Ter Laag (Holanda), Cornel Lagrouw (Holanda) Ian Mates (Sudáfrica),  John Sullivan (EEUU), John Hoagland (EEUU), Carlos Ruz Viera (Chile) y David Blundy (Gran Bretaña).

Todos los periodistas anteriormente mencionados merecen ser recordados con mucho respeto, ya que en el afán de informar al mundo lo que acontecía en el país y otros por trabajar en medios críticos a la dictadura imperante en aquella época  perdieron la vida de una manera violenta. Saludos especiales a todos estos estimados y recordados colegas, que con su sangre contribuyeron a la democratización del periodismo salvadoreño. 

A las nuevas generaciones de periodistas se les anima a enaltecer la profesión desarrollando un trabajo con mucha ética y profesionalismo, es elemental recordar que:
“escribir bien, hacer excelentes tomas fotográficas y desempeñarse de lo mejor en radio y televisión  para un periodista es la mejor satisfacción”. 

SALUDOS FRATERNOS EN NUESTRO DÍA PERIODISTAS SALVADOREÑOS         

jueves, 19 de julio de 2012



El asesinato de cinco jóvenes estudiantes


Por: Iván C Montecinos

 Autoridades de seguridad  informaron  este miércoles el hallazgo  de los cadáveres  de  cinco  estudiantes  secuestrados, supuestamente por pandillas, hace unas tres semanas en la ciudad de Santa Tecla. Lamentable noticia que golpea con crueldad a cinco familias que afanosamente buscaron a sus hijos, con la esperanza de encontrarlos con vida. Esta es la cruda realidad de la ola delincuencial que azota  al país.

El asesinato de estos cinco jóvenes se presenta pocos días después  en que con gran despliegue mediático se destacara  la  visita al país   del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien durante en un ceremonioso acto celebrado en el penal de Mariona, se reunió con prisioneros líderes de las  principales pandillas que operan en el país, para ofrecer su respaldo al proceso de dialogo y pasificación que estos están desarrollando.

Posteriormente el Secretario General de la OEA, participó en un celebre acto  en una plaza del Centro de San Salvador, donde miembros de pandillas, con sus rostros cubiertos llegaron cargando unos pesados bultos que contenían  una cantidad de armas de todo calibre, las cuales fueron utilizadas para cometer delitos.  Esta “primera entrega parcial de armas”  fue al mejor estilo de cuando en El Salvador, se pactaron los acuerdos de paz y en ese marco la guerrilla realizó la  entrega formal de su armamento de guerra.

Al final de su corta visita al país el Secretario General de la OEA, se comprometió a seguir de cerca el proceso de “paz” que han iniciado las dos principales pandillas y que ha significado una sensible baja en los homicidios  que según datos oficiales ha bajado de catorce  a seis asesinatos, sin tomar en cuenta el número  de desaparecidos que al final terminan asesinados como es el caso de estos cinco estudiantes en Santa Tecla. 

Ciertamente es evidente y reconfortante para la población que los homicidios registren una notable baja, aunque existe la preocupación por el considerable aumento en los secuestros y posterior desaparecimiento de personas, en su mayoría jóvenes. Ante este fenómeno  altas autoridades gubernamentales han tratado de minimizar este delito, con argumentos de que muchos desaparecidos se dan por  abandono de  sus hogares, otros salen fuera del país, algunos aparecen con el tiempo y los menos aparecen asesinados, como es el caso de los cinco estudiantes tecleños.

A pesar de la baja de homicidios, gracias a los acuerdos entre las pandillas, en El Salvador no se experimenta una reducción en otro tipo de delitos, como son los asaltos, hurtos,  lesiones y las fastidiosas extorsiones que abaten a la mayoría de comerciantes y empresarios, acciones delictivas que en la mayoría de los casos quedan en la impunidad. Algunos dueños de buses, con respecto a las extorsiones expresan que este delito al contrario de reducirse, cada día se tecnifica y últimamente han  aumentado los montos en la cantidad de dinero solicitado  bajo amenazas.

El delito de la extorsión esta tan generalizado que este se ha propagado hasta tocar a grupos familiares que dependen de sus salarios para vivir. En algunos casos quienes extorsionan no son solamente pandilleros, si no que este flagelo es utilizado por delincuentes comunes quienes  amenazan a sus victimas con atentar contra sus hijos y demás familias, lo que provoca  un pánico, que muchas veces obliga a   las familias amenazadas tengan que abandonar el país dejando abandonados sus trabajos y pertenencias, truncando de esa manera  muchos sueños de personas que son potencialmente importantes para el desarrollo de El Salvador.

Bueno sería que en este “proceso de paz” que llevan adelante los lideres de pandillas  y que hoy estará  bajo la supervisión del OEA, se llegue al entendimiento de terminar con el flagelo de los desaparecidos, las extorsiones y otros delitos que ponen en riesgo la vida de miles de  salvadoreños.