jueves, 26 de enero de 2012

El País  abatido por un tsunami de controversias


Por Iván C Montecinos

A partir del 16 de enero fecha de la conmemoración del vigésimo Aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, que puso fin a la guerra civil salvadoreña, el país se ha visto envuelto en una serie  de  cuestionamientos y controversias. Todo comenzó con el  discurso del Presidente de la República, donde de una manera compungida pidió perdón a nombre del Estado a los familiares de las victimas de la masacre  de El  Mozote.

Inmediatamente después del discurso, veteranos militares representantes de aquellos que dirigieron la guerra, reaccionaron  por lo que consideraban era una afrenta al ejército las palabras del Mandatario que mandaba revisar la historia de los militares durante el conflicto armado y donde incluso el Presidente pidió que no se honrara como héroes a militares acusados de violaciones a los derechos humanos.

Ante esta situación,  sectores de la derecha e inclusive algunos analistas, entre los que se encuentran firmantes de los Acuerdos de Paz, sostuvieron que el discurso había sido improcedente para esta ocasión y que lo expresado por el Presidente de la República no estaba acorde con   este Aniversario.

Por otra parte,  sectores vinculados a los derechos humanos, iglesias, organizaciones populares y miembros de la izquierda daban su total respaldo a lo expresado en el discurso por el Presidente y declaraban que por fin después de más de  30 años  se reconocía formalmente el genocidio cometido contra más de 900 personas humildes, en su mayoría niños que fueron brutalmente asesinados por soldados del ejército  salvadoreño.

Durante los días que siguieron al 16 de enero, los diferentes medios de comunicación presentaron entrevistas con diversidad de personajes que controversialmente unos estaban de acuerdo con el discurso del Presidente y otros lo  rechazaban, así mismos los medios digitales y redes sociales estuvieron inundados por divergentes opiniones que incluso algunos cuestionaban hasta las lagrimas que derramó el Mandatario en la conmemoración de los Acuerdos de Paz. En este mar de contradicciones casi nadie se refirió al dolor de los familiares de las victimas y emitió opinión sobre la importancia de reparar la memoria de los asesinados.

Como bien se dice, en este país nada esta escrito en piedra, a la semana de que se conmemorará el Vigésimo Aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, el Presidente de la República en un sorpresivo acto realizado en Casa Presidencial, juramentó al nuevo Director de la Policía Nacional Civil (PNC), un militar con grado de General que ese mismo día había causado baja  para cumplir de esa manera el requerimiento de que este organismo este dirigido por un civil.

Pero, eso no fue todo, durante ese mismo acto de juramentación, el Mandatario sorprendió a propios y extraños cuando expresó que  le daba de alta en el ejército al veterano coronel retirado por más de dos décadas, Coronel Sigifredo Ochoa Pérez y lo nombraba en una Comisión de la Cancillería que estudia aspectos limítrofes con Honduras.

Este nombramiento hubiera pasado desapercibido, si no es por que este controversial militar fustigara en días anteriores  al Presidente de la República por el discurso del Mozote, donde se   pidió al estamento castrense no honrar como héroes a militares señalados por la comisión de la verdad como responsables de violación de derechos humanos durante el pasado conflicto armado. La reacción del Coronel Ochoa no se hizo esperar  y declinó la nominación que se le ofrecía ya que no había sido consultado y además dijo que eso era una revancha por sus declaraciones, lo cual atentaba contra su libertad de expresión y  aspiraciones políticas ya que esta inscrito como candidato a Diputado por el partido ARENA, por lo que de inmediato puso un amparo ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

El nombramiento de un General del ejército como Director de la PNC y el caso Ochoa Pérez, nuevamente inundó  de controversiales opiniones los diferentes medios de comunicación; así como los periódicos digitales y demás redes sociales. El partido  FMLN y  movimientos de la sociedad civil fueron muy críticos al nombramiento del director policial, argumentando que este hecho es atentatorio contra la Constitución de la República y los Acuerdos de Paz. Algunas personas y organizaciones sociales molestas con la actitud del Mandatario le recriminaron que lo bueno realizado en el Mozote, lo destruyó en corto tiempo con esta acción de “militarizar” la seguridad pública.

Por supuesto muchas opiniones de políticos,  personas comunes  y  otros de sectores afines al pensamiento de la derecha, incluyendo  las del llamado “Tanque de Pensamiento” FUSADES, han expresado su complacencia de que la seguridad publica sea dirigida por militares a quienes ven como los salvadores de la patria y que en un corto tiempo bajará   el terrible flagelo de la violencia que cobra la vida de más de una decena de salvadoreños diariamente.

Todo este tsunami de controversias  se dan en momentos en que en el país se desarrolla un agitado  proselitismo político   y  donde el Tribunal Supremo Electoral no supera el impase para iniciar  una importante campaña educativa que enseñe a los ciudadanos la forma de votar correctamente en los próximos comicios del 11 de marzo. 

Así las cosas, la gran pregunta es ¿Cuál  será la polémica  de los próximos días?

jueves, 19 de enero de 2012

Violento arranque de campaña electoral


Por Iván C Montecinos

Como era de esperar la campaña electoral para alcaldes y diputados arrancó como muchos ya lo percibíamos, con violencia entre los dos partidos mayoritarios, el resultado, varios activistas y policías de la Alcaldía Municipal de San salvador seriamente heridos, otros fueron capturados. La disputa fue por la pinta y pega de la propaganda política.

Luego del tremendo desorden vinieron las acusaciones mutuas, el Alcalde capitalino, bajo el argumento de una ordenanza y con falta de tolerancia y gran prepotencia mandó a quitar la propaganda del partido FMLN y consecuentemente estos reaccionaron de la manera ya mencionada. Que lejos estamos de que una contienda electoral sea una verdadera fiesta cívica.

Todo esto pasa por no contar con una ley electoral que  tenga dientes para regular lo concerniente a la propaganda política y la falta de autoridad de un Tribunal Electoral, permisible a dejar en libre albedrío a los partidos políticos durante la campaña proselitista.

Aunque la campaña política comenzó hace varios meses, es a partir del 10 de enero que se oficializa y los institutos políticos tienen autorización para pedir el voto por los candidatos a diputados, para los alcaldes es un mes antes de la votación; mientras tanto, esto comenzó no de la mejor manera y los presagios no son nada alentadores ya que conforme se acerque el día de las votaciones, es de esperar aumente la agitación en las calles y con ello los actos violentos.

De poco sirve que los dirigentes partidarios firmen protocolos con “pactos de caballeros” ante instituciones como la Procuraduría   de Derechos Dumanos, donde  prometen  respetarse mutuamente, lo que sirve nada más para la foto que aparece en los diferentes medios de comunicación y luego sálvese  quien pueda y a disputarse a patada y mordida los postes de alumbrado, muros y en algunos casos hasta las piedras.

Por otra parte, falta una regulación para la campaña propagandística en los diferentes medios de comunicación, donde los anuncios, sin ningún control, saturan las principales franjas ya sean estas de entretenimiento o de información y aunque las personas tienen la opción de quitar y pasarse a otro canal o radio, es una falta de respeto para la audiencia invadir la privacidad de manera descontrolada. Muchos dirán regular la propaganda en los medios de comunicación es atentar contra la libertad de expresión  y dónde  quedan los derechos de las personas.

Entre tanto los diferentes programas políticos de las estaciones televisivas y de radio continuamente presentan a los distintos candidatos a diputados y alcaldes para que debatan y den a conocer sus propuestas programáticas en caso lleguen a ganar una representación. Este ejercicio es muy importante ya que la población descubre la capacidad de los aspirantes y se forma una opinión de quienes son los más convenientes para merecer un puesto de elección popular.

Este ejercicio en los medios privados, la gran desventaja la tienen los funcionarios que aspiran a una reelección ya que, por regla general, los demás aspirantes arremeten con todo criticando la actual gestión, para el caso del alcalde, y prometen hacer lo que este no ha cumplido y mucho más.

En algunos de los programas políticos televisivos, han quedado al descubierto candidatos carentes de ideas para desarrollar programas concretos en sus ciudades, como tal fue el caso de que en un programa de un canal de televisión, ningún candidato por la cabecera departamental de la Unión expuso propuestas programáticas coherentes para el desarrollo de esa urbe portuaria y cuando se les cuestiono sobre lo que harían a favor del turismo, no supieron exponer una política coherente.  

Bueno, ojala que la campaña electoral sea más propositiva y aunque es mucho pedir una campaña de altura, por lo menos se trate por todos los medios posibles de evitar hechos violentos, sería una lastima tener que lamentar casos donde se llegue a la perdida de vidas. Hay que recordar que todo pasa, luego de las votaciones los ganadores a disfrutar de su privilegiada posición  y los demás a continuar en la llanura a ganarse el pan nuestro de cada día con el sudor de la frente. 

La guerra vista desde el lente periodístico

 


Iván Escobar
Redacción Diario Co Latino

El periodista es muchas veces el testigo fiel de los conflictos armados y acontecimientos que se desarrollan junto a las sociedades. También suelen ser las primeras víctimas en medio de las guerras.

Iván Montecinos ha sido desde los años 70, cuando arrancó la carrera de periodismo en la Universidad de El Salvador (UES), una persona dedicada a su profesión, ha vivido muchas experiencias y es uno de los periodistas salvadoreños que dio cobertura a todo el conflicto armado, preservando hasta hoy su compromiso y humildad.

Con su cámara capturó innumerables acontecimientos, muchos de ellos no se conocieron por la censura local que imponía el ejército y gobierno a los medios de comunicación salvadoreños. Él registró imágenes de dolor, muerte, destrucción, represión y abuso de poder de autoridades, cruentos enfrentamientos entre la ex guerrilla salvadoreña del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el ejército, la cotidianidad en los campamentos guerrilleros o bases militares, entre otros hechos.

En sus más de 30 años de trabajo periodístico, la guerra le heredó la experiencia y hoy da gracias a Dios de estar contando sus historias. “Arriesgando la vida… para fotografiar la muerte”, es su primer libro, y la compilación de relatos personales e históricos en torno a los sucesos sobre el conflicto armado.

Como corresponsal de agencias internacionales noticias como la United Press International (UPI) y la Agencia Francesa de Prensa (AFP), alcanzó un nivel de profesionalismo y maduración producto del contacto directo con periodistas internacionales que llegaron a El Salvador a dar cobertura a la guerra.

Es así como Montecinos y la generación de periodistas de su época, como Luis Galdámez, Luis Romero, Francisco Campos, entre otros, dieron cobertura a la guerra y acumularon experiencia.

Montecinos ha publicado este libro - un esfuerzo que inició hace cinco años- con el cual culminó el pasado viernes cuando en el local de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), hizo la presentación oficial del documento.

“El libro se basa en una serie de relatos que son el testimonio de las experiencias vividas cubriendo la guerra civil… este libro es un fruto del trabajo realizado como fotoperiodista durante más de doce largos años, período en que con las cámaras fotográficas recorrí la geografía salvadoreña capturando imágenes”, expresa el autor en la parte introductoria del libro.

Ramón Rivas, director de Patrimonio Cultural y comentarista del libro, consideró que el documento es un importante aporte a la sociedad, sobre todo, para que las nuevas y futuras generaciones conozcan esa sociedad de los años 70 y 80. “Muchos jóvenes hoy desconocen nuestra realidad, el origen y desarrollo de la guerra, algunos piensan que nunca hubo un conflicto”, aseveró.

Por ello, consideró “valioso” el aporte que da Montecinos, con su libro a la sociedad. Además, porque la información que se publica, está acompañada de imágenes captadas por el autor, y que son los testimonios de esa realidad, “de esa sociedad injusta”, en la cual crecieron muchos jóvenes en medio de la represión del Estado, una dictadura militar, y otros problemas que se enfrentaron.

También dijo que el libro se vuelve un insumo al periodismo nacional, una obra que debe estar en las bibliotecas universitarias, en las facultades de periodismo. “Es un importante legado… son relatos sencillos y claros. Son hechos sociales que vivió El Salvador, captados por medio de un lente de la cámara”, añadió Rivas.
Montecinos afirmó que el objetivo de su obra es que “las presentes y futuras generaciones conozcan el conflicto desde el punto de vista periodístico”. Durante la presentación el periodista donó cinco ejemplares a la APES, para contribuir al desarrollo de una biblioteca para periodistas y estudiantes.

Nery Mabel Reyes, presidenta de la gremial, expresó su satisfacción por la publicación del libro que es un aporte al periodismo y la historia salvadoreña.
El libro se ha publicado bajo la responsabilidad de la Editorial Lis, y como afirma su autor, busca que las nuevas generaciones “…hagan una reflexión sobre las trágicas y aterradoras consecuencias que deja un conflicto armado”.

miércoles, 11 de enero de 2012

Un libro en el Vigésimo Aniversario de los Acuerdos de Paz


Por Iván C Montecinos



Grandes preparativos se están haciendo  para conmemorar el Vigésimo Aniversario de  los acuerdos de Paz, los cuales fueron firmados por representantes de las partes beligerantes de la guerra civil salvadoreña  el 16 de Enero de 1992, en el Castillo de Chapultepec, México. Con este ceremonioso acto se le ponía punto final a doce fatídicos años de conflicto armado que vivió el pueblo salvadoreño.

En el marco de la conmemoración y celebración de este importante Aniversario, será presentado el próximo viernes 13 de enero el libro “Arriesgar la vida para...fotografiar la muerte”, el cual esta basado en una serie de relatos que yo viví como fotoperiodista cubriendo las acciones bélicas  de principio a fin, es decir de 1979 hasta 1992. Esta obra escrita cronológicamente contiene muchos datos, nombres, hechos y fechas  que en determinados momentos hicieron historia en el país.

No es pretensión escribir la historia  sobre la reciente guerra civil, más bien en el libro se plasma la visión particular de un periodista que trabajó como fotógrafo para Agencias de noticias internacionales como la United Press International(UPI) y la Agence France Press(AFP) y como tal, tuve el privilegio de registrar  con mis cámaras fotográficas sucesos importantes que impactaron a nivel mundial.

Es muy importante para el país  que algunos protagonistas del conflicto  hallan escrito libros en formato literario, como las diferentes novelas que se encuentran en las librerías o que otros hallan relatado de manera testimonial las experiencias que vivieron como combatientes, políticos o miembros de la sociedad civil,  involucrados de una u otra manera en la dramática guerra civil.

En mi caso particular lo que he escrito en el libro “Arriesgar la vida para...fotografiar la muerte” son relatos testimoniales de hechos que en el transcurso de la guerra me toco cubrir periodísticamente y que en su momento fueron importantes noticias. También relató algunas de las vicisitudes que nos tocaba pasar a los corresponsales extranjeros cuando salíamos a las zonas conflictivas,  para fotografíar los  enfrentamientos entre soldados y guerrilleros   que a diario se reportaban,  así como el sufrimiento de la población civil que huía despavorida por  los intensos bombardeos  de la  Fuerza Aérea Salvadoeña.  otro de los temas al  que le dimos mucho seguimiento fue el caso de los miles de desplazados y refugiados que buscaban la protección en improvisados campamentos en la zona fronteriza con Honduras. El Trabajo más desagradable era el de fotografiar los cadaveres que a diario aparecían en las calles y carreteras, victimas de los terroríficos Escuadrones de la Muerte.   

Las guerras por su naturaleza atraen gran cantidad de periodistas internacionales  y El Salvador no fue la excepción, a partir    de los años ochenta, llegaron centenares de corresponsales  de todas partes del mundo, algunos experimentados, pero otros novatos venían con la idea de formarse una cotizada carrera profesional, para lo cual tomaban grandes riesgos al hacer coberturas peligrosas en zonas  donde se desarrollaban fuertes combates

 Se debe recordar que la guerra civil  de nuestro país, por más de diez años fue la noticia más importante del mundo y se publicaba en las primeras planas de los periódicos,  similar a lo que esta ocurriendo hoy, con la información de los conflictos en Irak, Afganistán, Libia, Egipto etc.

Es importante mencionar que en el transcurso del conflicto armado salvadoreño, perdieron la vida más de 17 periodistas, entre nacionales e internacionales y en el libro “Arriesgar la vida para... fotografiar la muerte” se relata la forma en que la mayoría falleció, ya fuera durante la cobertura de un combate, asesinados por  el ejército o por causa de una mina colocada por la guerrilla. La muerte de un periodista siempre impactaba; pero particularmente a mí me impresiono sobremanera  la de aquellos compañeros con los cuales  solíamos trabajar  juntos en difíciles coberturas.

Recuerdos imperecederos tengo de  amigos como: Ignacio Rodríguez Terraza, periodista mexicano que trabajaba para la revista Proceso, murió abatido durante un enfrentamiento en San Salvador en agosto de 1980, convirtiéndose en el primer corresponsal extranjero muerto  en la guerra civil salvadoreña.  Ian Mates, camarógrafo Sudafricano que trabajaba para UPI Televisión de Inglaterra  falleció por una herida causada por una esquirla de mina que la guerrilla había colocado en la carretera que de Aguilares conduce a Suchitototo, durante los combates de la Ofensiva Final del 10 de enero de 1981. John Hoagland, fotógrafo norteamericano que trabajaba para la revista  Newsweek, perdió la vida durante un enfrentamiento en la carretera a Suchitoto, en marzo de 1984, con Hoagland nos unía una fuerte amistad ya que se convirtió en mi maestro de fotografía desde su llegada al país en 1980.

El libro “Arriesgar la vida para...fotografiar la muerte” también se  relatan  hechos  importantes como el    diálogo y la negociaciación entre las partes beligerantes FMLN-FDR y Gobierno- Fuerza Armada. Este difícil proceso comenzó con el Diálogo de La Palma, el 15 de octubre de 1984, sin resultados concretos; luego el diálogo se reinició en la población de Ayagualo, La Libertad, el 30 de noviembre de 1984, sin mayores resultados. Después  el 4 de octubre de 1987, se reanudaron  las conversaciones en la Nunciatura Apostólica de San Salvador, donde tampoco se logró el objetivo de finalizar la guerra.

Después de la llamada Ofensiva hasta el Tope que la guerrilla lanzó en noviembre de 1989, finalmente en el mes de abril de 1990 en  Ginebra, Suiza en una reunión  entre representantes del  Gobierno y  FMLN, se comprometieron ante el Secretario General de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar a iniciar platicas de negociación que pusieran fin a la guerra. Luego de intensas reuniones entre las partes beligerantes.  Por fin el 16 de enero de 1992, se firmaron los Acuerdos que callaban los tambores de la guerra y daban paso al repicar de  las campanas que anunciaban  la Paz.

Sirva el libro “Arriesgar la vida para...fotografiar la muerte” para contribuir al rescate de la memoria histórica de los salvadoreños y que los dolorosos hechos de la guerra  que aquí se relatan no se vuelvan a repetir jamás. Que así sea.

jueves, 5 de enero de 2012

Año nuevo y continúan los viejos problemas


Por Iván C Montecinos

El 2012 fue recibido con mucha cautela, sin mayores esperanzas y es que la mayoría de la población salvadoreña terminó el pasado año con cierto grado de frustración debido a los graves problemas en el área de seguridad, así lo reflejaron los más de 4000 homicidios y un indeterminado numero de delitos comunes, también la economía familiar resintió el alto costo de la canasta básica, lo que fue agravado por un creciente desempleo.

Llegamos al nuevo año y las primeras noticias de los medios de comunicación no fueron nada alentadoras, centraron su atención en  los nuevos  datos estadísticos referentes a los primeros asesinatos, un periódico mencionaba que solamente el 1 de enero se registró 12 homicidios y el miércoles se reportó la primera masacre en tres  miembros de una familia que se dedicaban a la corta de café en una finca de Nejapa,   es decir seguimos como en el  pasado. También los medios  trajeron la información de que la gasolina subirá una importante cantidad en el precio, debido a la aplicación del antiguo  mal llamado “impuesto de guerra”, otro duro golpe al bolsillo de los consumidores.

El otro hecho de importancia fue  la sorpresiva manifestación de los transportistas de buses amarillos y escolares que por varias horas del pasado martes, cerraron las principales carreteras de entrada y salida de la capital, descomunal fue el desorden generado por esta medida, que obligó a la autoridad a capturar manifestantes y a requisar buses. También este mismo día sorprendió una manifestación realizada por vendedores de billetes de lotería, quienes descontentos por las malas políticas implementadas en el sector, piden la destitución de la Directora de la Lotería nacional.

Por otra parte, vale mencionar que otra de las noticias que  esta teniendo mucha divulgación en los medios y redes sociales, es la repudiable acción de cierta dirigencia de la Iglesia Católica, que de una manera inexplicable ordenó la destrucción con premeditación y alevosía de una  importante obra artística realizada en la fachada de Catedral Metropolitana, elaborada por el insigne  artista salvadoreño Fernando Llort.

La destrucción de los valiosos mosaicos que fueron convertidos en ripio  ha indignado a gran parte de la población que no acepta las disculpas ofrecidas por el máximo jerarca de la iglesia, quien  inconsistentemente argumentó que la obra artística fue eliminada por estar dañada y era un riego para los feligreses. Esta simplista justificación ofrecida por la máxima autoridad de la Iglesia, es similar a la que en su momento ofreció un diputado al cuestionársele su mal proceder al dirigir una sesión plenaria.

Ante este insólito caso ocurrido en Catedral es importante reflexionar sobre el poco valor que se le da al patrimonio cultural de los salvadoreños, esto me recuerda lo sucedido hace unos  años en la Iglesia parroquial  de la ciudad de Ilobasco, en el departamento de Cabañas, donde un sacerdote, sin consultar a nadie, desarmó los  altares con imágenes antiguas de gran valor cultural  y  recientemente un párroco de la misma parroquia,  en contubernio con el actual alcalde cerró la calle principal frente a la iglesia, destruyendo parte de la originalidad del centro histórico de la ciudad.

Inconformes con esta medida arbitraria en Ilobasco, residentes   protestaron por esta descabellada medida y se pronunciaron en algunos medios de comunicación pidiéndole en aquel entonces a CONCULTURA que interviniera para evitar  el daño; pero esta institución  desoyó la petición de la ciudadanía ilobasquense y como resultado una de las principales calle del centro de la ciudad aún   permanece cerrada, lo que agrava la circulación vehicular. Ante estas situaciones expuestas  vale preguntarse ¿ tiene la Iglesia carta libre para hacer lo que le venga en gana con el patrimonio cultural  del pueblo salvadoreño?

Para finalizar se debe tomar en consideración  otro viejo problema que siempre agobia a los salvadoreños y es la campaña electoral que ya esta desarrollándose  a todo vapor en los diferentes medios de comunicación,  a pesar de no contar con  la debida autorización del Tribunal Supremo Electoral, es de ponerse a pensar  como será cuando legalmente comience este 11 de enero y termine días antes de las votaciones  de marzo. Ojala que este proceso eleccionario  no sea  enturbiado con actos violentos y los diferentes partidos políticos hagan conciencia sobre la necesidad de realizar una campaña prepositiva libre de la acostumbrada violencia.